inclinaciones, genio y temperamento”.
Simón Bolívar.
Esta área de formación está relacionada directamente con la práctica y las vivencias en las que los y las estudiantes amplían todas sus capacidades, inclinaciones y vocaciones. El desarrollo de las potencialidades humanas es un proceso abierto, no tiene límites; y este proceso se potencia haciendo
más que contemplar o escuchar las explicaciones de un profesor. Supone entonces la creación de un conjunto de experiencias, aprendizajes, acciones, situaciones educativas que permitan el desarrollo de estas potencialidades, en un proceso de ejercicio de nuestras capacidades.
En el marco del aprender a aprender, aprender haciendo, aprender a ser, aprender a convivir y el disfrute del ser a plenitud, se plantea como estrategia la participación en grupos dirigida al trabajo por grupos de interés, independientemente de la sección y el año que se curse, y variarán conforme a las características de la localidad. Cada estudiante seleccionará el grupo o los grupos en que participará, con la orientación de su profesor o profesora guía, de acuerdo con las opciones que se brinden en el plantel y de sus inclinaciones (vocacionales, actitudinales) y potencialidades.
Históricamente ha prevalecido como característica en el sistema educativo, la división social
del trabajo con su intencionalidad reproductora de las relaciones de producción capitalista y, a su
vez, la característica propia de esta división social del trabajo que consiste en la separación entre el
trabajo intelectual y el trabajo manual. Este "intelectualismo" ha creado en nuestra cultura escolar
menosprecio y hasta mutilación del trabajo manual, traducido en la práctica en relaciones tales como
docentes que expresan: "Yo no barro el salón; mi título no dice barrendero"; mamás que reclaman:
"Yo mando a mi hijo al liceo a estudiar, no a sembrar". Continuando con estas ilustraciones, por
ejemplo, en un salón se despega la tapa de una mesa-silla y el o la estudiante pasa el año con la
mesa-silla dañada hasta que deciden desincorporarla y pasa a formar parte del "cementerio de
mesas-sillas sin doliente". ¿Es currículo haber reparado la mesa-silla?, ¿Enseñar desidia es parte del
currículo?, ¿De quién es la responsabilidad de repararla?. Seguramente, la Profesora o el profesor
dijo: "Mi título no dice herrero"; el obrero dijo: "No me corresponde esa área", y así sucesivamente se
la fueron "peloteando". Qué distinto hubiese sido que en el mismo momento en que se desprendió la
tabla, el o la docente, conjuntamente con su estudiante y la asesoría de un obrero o representante,
se repara la mesa-silla dañada y el o la estudiante aprende a utilizar sus manos y a vivir en nodesidia,
recuperando la esencia intelectual-manual de la educación, el trabajo cooperativo, el valor
del cuidado, la laboriosidad y la buena voluntad para hacer las cosas.
El modelo del claustro, con su rigidez y su estructura estática en la cual se designan horas, años,
secciones, salones, programas, contenidos, y en el cual encajonan a docentes y estudiantes a ejecutar
(docente) y a rendir (estudiante), deriva, la mayoría de las veces en detrimento de la iniciativa, la
creatividad, la innovación. Se desvalorizan las labores cotidianas sin enseñar elementos esenciales
para la vida; la separación entre las actividades manuales y las actividades intelectuales generan a
su vez la separación entre profesor-estudiante, docente-personal obrero y administrativo, docentemamá;
separación entre lo que hacemos en la escuela y lo que es el deber en nuestras comunidades;
entre los que "piensan" la educación y los que la llevan a la práctica (legitimando las estructuras
jerárquicas propias de la división social del trabajo). El profesor cubano Pedro Sotolongo, en el
año 2008, señalaba en un encuentro internacional sobre complejidad: "... En nuestras escuelas no
hay espacio para la creatividad ni la libertad de innovar ya que permanentemente nuestra labor
está signada por la cultura escolar de rutina, repetición, consumismo intelectual, autoritarismo,
competencia e individualismo, entre otros".
158EN ESTA ÁREA DE FORMACIÓN SE ESPERA QUE HAGAMOS LOS MAYORES ESFUERZOS POR SUPERAR ESTA CULTURA ESCOLAR HEREDADA, potenciando todas las capacidades humanas de pensar, sentir,hacer, disfrutar, convivir, expresarse, construir, crear, participar; es decir, vivir a plenitud.
Asimismo la creación y constitución del área de participación en grupos de creación, recreación
y producción, debe reivindicar la identidad en sus diferentes ámbitos: local, parroquial, municipal,
regional y nacional, considerando los acervos con que cuenta la comunidad bajo los principios de
no exclusión, democratización, interculturalidad y horizontalidad; debemos pensar en horarios
funcionales y flexibles, así como también en la comunidad: si tienen un teatro, una plaza; pensar en
el vecindario, escenarios, patios, entre otros, destinados al desarrollo de actividades que fortalezcan
la formación integral y la participación de niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultas y adultos,
propiciando el encuentro comunitario. De igual manera, caracterizar y reconocer lo local como fuente
principal del conocimiento del pueblo; como generador de una cultura que promueva la participación,
que potencie el desarrollo endógeno, la agricultura sana, la preservación del ambiente. Reconocer
igualmente las múltiples experiencias participativas; servir como espacio para que las diversas voces
comunitarias expresen una visión integral de la cultura, las artes y las diversas manifestaciones
que propicien una práctica cooperativa; proporcionar el encuentro para la socialización; contribuir a
difundir las experiencias comunitarias, a la organización y a la formación de grupos para el trabajo
cultural, que promueva espacios formativos y organizativos para los y las jóvenes.
La Participación en Grupos de creación, recreación y producción debe considerar los ámbitos
territoriales del circuito educativo, de la comuna, la parroquia, el municipio, donde los y las jóvenes
se fortalezcan desde sus iniciativas y retomando sus legados culturales, deportivos, de vocación
científica, tecnológica, agrícola y artística cultural. Apoyarse y valorar a los cultores y las cultoras
que han contribuido a fortalecer el arraigo en las comunidades; a los maestros y las maestras pueblo,
a las personas comprometidas con prácticas inclusivas, a los líderes comunitarios que favorezcan el
ejercicio de la práctica democrática en la participación; a las personas que han organizado proyectos
comunitarios integrales y los y las integrantes de las diversas misiones educativas: Robinson, Ribas,
Sucre, Cultura; así como fortalecer la participación en grupos de creación, recreación y producción en
las bases de misiones, consejos comunales y comunas.
La Participación en Grupos de creación, recreación y producción permite contextualizar el
currículo desde prácticas educativas sencillas y cotidianas. Los distintos grupos de creación,
recreación y producción que se constituyen en cada institución educativa son establecidos por el
colectivo escolar y surgen de la indagación de los saberes que tienen los distintos participantes en
el hecho educativo escolar y comunitario; por lo tanto, esos saberes y conocimientos se organizan
en actividades precisas para ser legadas a los y las estudiantes y comunidades. Es así como:
1. El liceo se configura de otra forma, dando paso a otra visión de liceo, donde los intercambios
de saberes se hacen de manera práctica.
2. Las cuadraturas, planes, horarios, evaluaciones de la vieja escuela no son iguales a esta
nueva forma de hacer escuela; por tanto, la matrícula, la estructura y los programas toman
otra configuración más flexible.
3. La participación en grupos de creación, recreación y producción deben ser espacios donde
todas y todos los actores del hecho educativo y comunitario se sientan bien trabajándolos.
4. El profesorado podrá desarrollar espacios que sean de su agrado siempre y cuando estén
ajustados a un saber liberador, útil y pertinente.
Reivindicando la experiencia vivida en el estado Aragua en los períodos escolares 2010 hasta el
2012, con los espacios permanentes para el desarrollo cultural endógeno (EPDCUE), se plantean
CUATRO CRITERIOS QUE RIGEN LAS ACTIVIDADES PRÁCTICAS DE LA PARTICIPACIÓN EN GRUPOS DE CREACIÓN, RECREACIÓN Y PRODUCCIÓN:
OCUPAR LAS MANOS,
OCUPAR LA MENTE,
OCUPAR EL CORAZÓN
Y CONVIVIR.
(Tomado de la experiencia educativa en el estado Aragua de los EPDCUE, 2012).
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TOMADO DE MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN
ÁREAS DE FORMACIÓN EN LA EDUCACIÓN MEDIA . JUNIO 2017
"Cuando el estudiante hace lo que gusta, aprende más rápido y mejor".
Carolina Jaspe
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